Palestina by Rashid Khalidi

Palestina by Rashid Khalidi

autor:Rashid Khalidi [Khalidi, Rashid]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Crónica, Historia, Política
editor: ePubLibre
publicado: 2020-01-01T00:00:00+00:00


* * *

Después de lo que supimos sobre la masacre de Sabra y Shatila, concluimos que no era seguro para nosotros quedarnos en Beirut, especialmente con nuestras dos hijas pequeñas y con Mona a punto de tener un tercero. Nuestros amigos periodistas nos pusieron en contacto con Ryan Crocker, el funcionario político de mayor rango y el único diplomático estadounidense que todavía permanecía en la embajada, en Beirut Oeste.[328] Crocker no solo se ofreció a organizar nuestra evacuación como ciudadanos estadounidenses, sino que también nos escoltaría fuera de la Beirut ocupada por Israel en un vehículo blindado de la embajada. No obstante —nos dijo—, solo podía llevarnos hasta las líneas sirio-israelíes, entre Bhamdoun y Sofar —en las montañas libanesas—, debido a las noticias sobre la presencia de la guardia revolucionaria iraní en el territorio controlado por Siria. Cuando le expliqué que teníamos que llegar un poco más lejos, hasta la cercana Shtaura —en el valle de la Becá—, desde donde podríamos tomar un taxi hasta Damasco, accedió a hacerlo. Y cumplió su palabra. El 21 de septiembre, el día en que Amin Gemayel fue elegido presidente del Líbano en sustitución de su hermano asesinado, salimos de Beirut junto con Crocker y un chófer, atravesamos las líneas del Ejército israelí y las Fuerzas Libanesas, llegamos a Shtaura y seguimos hasta Damasco en taxi.

Sin embargo, una vez allí, en lugar de llevarnos a nuestro hotel, el taxista nos condujo a una de las numerosas oficinas de los servicios de inteligencia sirios, donde Mona —ahora embarazada de siete meses—, mi hermano y yo fuimos retenidos durante varias horas, durante las que nos sometieron a varios interrogatorios por separado que incluían preguntas tan perspicaces como: «¿Ha visto soldados israelíes en Beirut?». Por fortuna, el aparato de seguridad sirio no interrogó a mi madre de sesenta y siete años ni a nuestras dos hijas pequeñas, y finalmente nos dejó en libertad, tras de lo cual nos dirigimos a nuestro hotel y, más tarde, abandonamos Damasco lo más rápido que pudimos.[329] Cogimos un vuelo a Túnez, donde nos reunimos con algunos de nuestros amigos palestinos de Beirut que habían sido evacuados allí. Fue en Túnez donde empecé a desarrollar las ideas que con el tiempo se plasmarían en mi libro sobre las decisiones adoptadas por la OLP durante la guerra de 1982, Under siege, e inicié las conversaciones con algunos de los líderes de la organización a quienes más tarde entrevistaría para el libro. Luego nos dirigimos a El Cairo, donde Mona y yo teníamos familia y donde descubrimos hasta qué punto la guerra había afectado a las niñas: se quedaron aterrorizadas al escuchar el estruendo de los tranvías en una calle adyacente, creyendo que se trataba de tanques israelíes.

En cuanto el ejército israelí se retiró de Beirut Oeste y se reabrió el aeropuerto, regresamos a la ciudad. Mona insistió en que el nacimiento de nuestro tercer hijo estuviera asistido por el mismo obstetra que había asistido en el parto de nuestras dos hijas (y cuyo padre había asistido en el de la propia Mona más de treinta años antes).



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